Sabemos que ya pueden producirse objetos en 3D, pero, ¿y objetos en 3D que cambien de forma? Gracias a la impresión 4D, sí es posible. Al menos así lo aseguran científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que han desarrollado con éxito un proceso de impresión en 4D.
Cuando aún estamos comprendiendo cómo funcionan las impresoras 3D y asimilando todas las opciones que nos brinda la impresión en 3D, toca abrir nuestra mente para dar la bienvenida a la impresión 4D, que pronto dará lugar a la aparición en el mercado de impresoras 4D e impresoras 3D más avanzadas.
La técnica del MIT se basa en un código geométrico de gran precisión, definiendo cuántas veces, en qué dirección y de qué manera pueden doblarse y ondularse las formas del objeto. Estas instrucciones de geometría inteligente se le suministran a la impresora para que cree y moldee el objeto.
¿Y en qué circunstancias podría un objeto cambiar de forma? Cuando entra en contacto con un entorno diferente. Por ejemplo el agua. La impresión 4D le da al objeto la posibilidad de hacerlo, adaptándose a distintos entornos.
Material autoadaptable al entorno
En el método de impresión en 4D se emplean dos tipos de materiales tridimensionales impresos con impresoras 3D, permaneciendo uno de ellos rígido, mientras que el otro puede expandirse hasta alcanzar un 150% de su volumen original.
El material con capacidad para expandirse se coloca de modo estratégico formando articulaciones que se estiran y pliegan en determinadas situaciones y condiciones. Esto hace posible que toda la estructura del objeto cambie, se transforme.
Objetos en 4D con materiales autoadaptables que pueden alterar su forma. Ese es el secreto de la impresión 4D. Un proceso muy parecido a la impresión 3D, ya que también se crean los objetos capa a capa, en un proceso lento.
Cuando el objeto está acabado, su forma permanece estable hasta que cambia el entorno, en cuyo caso altera su forma. A continuación el material permanecerá inalterado y sólido hasta que el entorno cambie de nuevo. Concretamente, el elemento que cambia de forma son las articulaciones, que aumentan de tamaño al cambiar el entorno. También pueden moverse las piezas rígidas.
Aplicando fuerzas exteriores como agua, movimiento, presión o calor se puede activar el material 3D para forzarle a cambiar de forma.
Los objetos creados con impresión 4D pueden aplicarse a sectores como la ingeniería, la medicina, la arquitectura, la construcción o la joyería.
Lo que es seguro es que la impresión en 4D está rompiendo todos los límites de nuestra imaginación y está destinada a revolucionar toda la industria tecnológica.
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