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Qué son las impresoras 3D y para qué se utilizan

por | Impresoras 3D | 0 Comentarios

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No hay que remontarse muchos años atrás para situarse en una época en la que la posibilidad de imprimir objetos cotidianos y reales en tres dimensiones sonara a pura ciencia-ficción. La tecnología avanza más rápido de lo que la mente humana puede asimilar, y las impresoras 3D son uno de los ejemplos más representativos.

¿Te imaginas poder fabricar en casa tu propio plato grande y de diseño especial para las pizzas del fin de semana? Antes de aprender cómo funciona la impresión en 3D, hazte a la idea de que vas a descubrir un rincón alucinante de la tecnología y la informática. Y es que imprimir en 3D es lo más parecido a imprimir en el presente como imaginabas que se haría en el futuro.

La impresión 3D aún no es masiva y probablemente esté lejos de serlo, al menos en el ámbito doméstico. Una impresora 3D no es precisamente un objeto cotidiano que haya en la mayoría de hogares, como es el caso de las impresoras convencionales láser o de tinta, pero no hay duda de que algún día lo será.

Tampoco es habitual en oficinas ni grandes empresas. Incluso se podría decir que actualmente es un producto muy enfocado al uso industrial, aunque se está democratizando y cada vez son más las personas que se deciden a comprar una impresora 3D para tener y usar en casa.

Su precio –en muchos casos superior a 1.000 euros, salvo modelos básicos- sigue siendo una importante barrera de entrada, pero una forma más económica de adquirir una es comprar un kit DIY de impresora 3D (Do It Yourself, hazlo tú mismo), desde 362 euros y de una marca española, aunque tendrás que montarla tú mismo.

Cómo funciona una impresora 3D

Una impresora 3D es un dispositivo que crea un objeto sólido en tres dimensiones. Y lo hace con un método que nada tiene que ver con las impresoras láser y de inyección de tinta, que lo que hacen como método de impresión es eliminar material sobrante. En el caso de las impresoras 3D, se añade material y se emplea para construir y fabricar elementos.

La mayoría de impresoras 3D comerciales o destinadas a un uso no profesional son de dos tipos en función del método utilizado: compactación o adición. En el primer caso se compacta por estratos una masa de polvo, mientras que en el segundo se inyecta el material por capas.

Una parte clave dentro del proceso de impresión en 3D reside en los modelos 3D, que son las representaciones o demostraciones digitales de aquello que se va a imprimir. Se hace con programas informáticos específicos de modelado.

Es decir, que para imprimir diseños en 3D y crear piezas o maquetas con volumen tridimensional se parte de un diseño por ordenador en dos dimensiones. En diferentes sectores industriales se ha usado mucho este tipo de impresoras para fabricar piezas, componentes, matrices o moldes.

Es posible imprimir en 3D casi cualquier objeto que podamos imaginar. Por ejemplo, si queremos imprimir una taza para el desayuno, o una figura animal para decorar el salón, primero hay que diseñarla con el software especializado, representándola en un formato que la impresora reconozca como modelo 3D.

Materiales utilizados en la impresión 3D

A continuación introduces el material con el que se va a imprimir y la impresora 3D se encarga del resto, representando fielmente y de forma tridimensional el diseño original en 2D.

¿Cuánto material se usa? La cantidad justa, la estrictamente necesaria, ni más ni menos. Las impresoras 3D son muy eficientes en ese sentido y no desperdician material.

Los materiales utilizados son variados e influyen en el precio de las impresoras 3D. Las impresoras 3D baratas suelen imprimir con varios tipos de polímeros, generalmente materiales termoplásticos como el PLA o ABS. 

Otros modelos más avanzados –y caros- imprimen usando fotopolímeros, metal o resina líquida. Su precio solo las hace accesibles para empresas y servicios industriales especializados, ya que comprar una impresora 3D de alta gama para tener en casa resulta prohibitivo.

Qué objetos se pueden fabricar con una impresora 3D

Los usos y utilidades que puede tener una impresora 3D son muy variados, la lista es larga: objetos caseros, instrumentos musicales, material e instrumental médico, implantes, piezas de arquitectura y construcción, piezas aeronáuticas y aeroespaciales y un cada vez más extenso etcétera.

Uno de los nichos en los que más rápido está aumentando su implantación es en la fabricación de prótesis médicas, ya que esta tecnología de impresión 3D permite adaptarse a las características exactas que necesita cada paciente. ¡Incluso se está avanzando en la impresión de órganos humanos! ¿Qué tal un riñón 3D? Se puede hacer, aunque cueste creerlo.

También hay ya impresoras 3D para la construcción de casas, superponiendo capas de cemento. ¿Se pueden producir alimentos comestibles? La respuesta es sí, y un ejemplo de ello es la impresora Foodini, que en lugar de tinta o material plástico incorpora ingredientes. Y además es española.

Por desgracia, también se pueden fabricar todo tipo de armas, por lo que es de esperar que la regulación legal de estas máquinas en los distintos países se vaya adaptando con el tiempo.

Ya tienes una idea de lo que son las impresoras 3D, cómo funcionan y para qué se utilizan. Ya solo falta que te animes a comprar una impresora 3D y experimentes tus propias creaciones. ¿Te atreves con la impresión del futuro?

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